Aquí en Natales, se vive del turismo. Es una ciudad, en este caso pueblo algo menor que Punta Arenas, monotemática, hostels, hoteles, backpackers, etc etc, y lógicamente, restaurantes, tiendas de ropa deportiva, agencias de viaje-aventura (caballos, kayacs, gias, y todo lo que se le pueda ocurrir a un guiri).
Curiosamente, asienta en el fondo de una profunda bahía. Aquí todo va de decepción, desesperanza, en este caso, la bahía de Última Esperanza. Son nombres que le daban los sufridos navegantes que buscaban el estrecho de Magallanes y terminaban en el fondo de un canal perdido.
Pues bien, Natales, que esta en esta bahía y se podría esperar otro pueblo marinero, es todo lo contrario. No tiene puerto ni pescadores, y poco interés por el mar, no tiene ni siquiera el casi obligatorio mercado de pescado.
Aquí la cosa va de montaña, del Paine mayormente, aunque no esta tan cerca, ¡qué caramba! Que 3 horas hasta la entrada (15.000 pesos/cada/ida y vuelta) del parque no es tan cerca. Después hay que hacer 1/2 hora más en bus hasta la hostería de Las Torres (2.500/cada) que te acerca hasta el comienzo de los senderos. Por cierto para la entrada en el parque te cascan 18.000 pesos, esta panda de chorizos, que son los "responsables de mantenimiento" y que evidentemente mantienen poco, porque se les quema a cada rato. Es otro impuesto turístico más. Francamente no me han causado buena impresión los irresponsables. Sólo preocupados de que no se le escape un turista sin pagar.
La senda para llegar a la base del Paine. |
Sobre bichos, los hay en abundancia. Conejos por castigo. Cóndores los que queráis. Rapaces de variado pelaje, también. Guanacos a mogollón (dicen que hay 6000 en el parque) y puede ser. Ñandúes, los vi en 2 ocasiones, por tanto están. Alguna alpaca peluda, que no pude ver, pero si tuvimos la suerte de ver un puma cruzo la carretera delante de nuestra furgoneta. Por lo visto son los depredadores de los guanacos, y o bien están inapetentes o son unos torpes, porque ¡mira que hay guanaquitos por todos lados!
Algo tendría que contar sobre el parque. Como bonito, lo es con ganas. Normal. Llama la atención el descontrol que hay de gente. Es normal que se incendie. Hay mucho montañero. Y entre estos hay de todo. El famoso y incendio de este año, que no es el primero, por lo visto se inició en un fuego de campin-gas que se le cayó a un belga, hacía viento, cosa habitual, prendió y no lo pudo controlar. ¡Pero que se puede esperar de un belga! ¡Hay que ser memo, digo belga!
Y el parque no solo es el macizo, con sus picos de granito, hay glaciares como el del lago Gray, lagunas más o menos grandes, bosques, curiosamente sin abetos pero con árboles autóctonos
A la salida, si vas con un tour, te llevarn a un quede que es la cueva del Milodon. Resulta que en el siglo XIX descubrieron allí el esqueleto de una especie de oso rabudo del la época de los tigres de diente de sable. Como es normal, los que lo descubrieron se lo llevaron, "para estudiarlo bien", y como era normal eran ingleses. En la cueva no hay nada pero cobran 4000 pesitos de vellón para variar. En resumen: no entrar.
Y por ahora no me extiendo más. Mañana más, que Natales da para mucho. Y además tengo que hablar de Omar y del Kaweshkar.
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