Después de 300.000 miles de millones de toses, la mayoría con fundamento, tomamos, nunca cogimos el barquito de Navimag llamado Edén. Este es el que sustituye al que se les hundió el año pasado, el Amadeo, así que tranquilos. Por otra parte el barco no es nuevo, de construcción francesa, antes estuvo en Méjico, se llamaba Matzatlan Star o algo así.
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Puerto Montt. Mercado de Angelmó |
Ya sabéis, que da mala suerte cambiar el nombre a un barco, tranquilos...
Por otra parte estas aguas son un poco difíciles, por decirlo suavemente. Pues bien, después de que los de Navimag cambiaran la hora de embarque varias veces, finalmente embarcamos a las 6 de la tarde y zarpamos sobre las 11 (la hora oficial de salida era a las 4 de la tarde) pero como todo era según, según cuando llegue el barco, según las condiciones del tiempo, según le de al capitán (de nombre Nelson, predestinado el pobre, por lo menos no se llamaba Schiaquetino), en resumen: según.
Pues bien, finalmente zarpamos. El barco, más que grande, es largo, además de antiguito. Y además con un cierto olor a marisco, a marisco de concha, pero en versión argentina. Para qué se me entienda. Es un barco de transporte de camiones con las 2 cubiertas superiores para el pasaje. Como 200 personas. Una curiosa mezcla de tercera edad europea, mochileros del mundo, algún que otro trotamundos profesional, de esos que le dan la vuelta en bicicleta, y bichos raros diversos. Sin olvidar un grupo de españolitos, muy maqueados, con unos letreros de "expedición al fin del mundo. A la búsqueda del infierno".
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El barco fantasma. Un naufragio fallido. |
Os lo juro, eso ponían, y que teóricamente iban a hacer un documental, pero en los 4 días que estuvimos no rodaron ni un plano. ¿A qué suena? A quede español. ¿Ó no?
Por cierto, aún no he contado que el viaje no lo regalan. Sale entre 500 y 600€. Cada uno, claro. En camarotes de 2 camas, comidas incluidas. Y agua.
La navegación es entre canales, es decir entre islas, con algún trayecto en mar abierto donde se menea un poco más. Se hace más atractivo cuando se pasa por un paso "angosto" que dicen ellos, algunos dejando muy pocos metros de espacio por los costados (de babor y estribor). Entonces, everybody se larga al exterior y a hacer fotos. Parece mentira los pedazos de teleobjetivo que lleva el personal.
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En el Eden de Naviimag, por la mañana. |
Y el menda, con la Eos 5D MIII. Ni llamo la atención. La verdad es que aquí mucho pobre no hay, no es por nada. El tiempo, pues malo, normal. En los barcos siempre hace frío y viento, y si estamos en el sur del sur y llueve y hay algún que otro temporal...Los paisajes espectaculares, cuando la niebla te permite ver algo, el viento no te levanta como si fueras un kite, y el frío no te congela. Pero como lo que no mata cura, a mi se me fueron quitando las toses. Serían psicológicas, producidas por el stress..
Total, que al final llegamos a Puerto Natales, y como todo había ido muy suave, nos llevamos 7 horitas esperando poder atracar, porque como hacia viento, hasta que no bajara de 20 nudos, pues no se podía. Porque allí no había ningún remolcador para ayudar, y el pedazo de tarugo flotante tenía que atracar a mano, es decir, con las estachas.
En fin...Así qué después de los 4 días de soportarnos en esa especie de Babel flotante, con bastantes andaluces, y sin ningún catalán, el mundo al revés, finalmente pudimos bajar a Natales y llegamos al Kaweskar del gran Omar. Pero eso toca mañana, porque Gnatena dice que hay que salir a la calle ahora que por un momento no llueve.
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